jueves, 9 de mayo de 2013

DELICIAS: Periquito Australiano


¿Quién rechaza una arepa o una tostada con un exquisito perico criollo o un buen revoltillo de huevos con chorizo o jamón? ¡Nadie en su sano juicio! El periquito criollo tradicional suele prepararse con tomate y cebolla... y el de nuestras abuelas suele ser el que más nos gusta.
Sin embargo, a veces nos entusiasman los sabores más fuertes e intensos, y recetas más atrevidas; es por ello que hoy les presento un periquito menos tradicional pero irresistible al paladar: el PERIQUITO AUSTRALIANO, que en lugar de tomate y cebolla, lleva cebollín y ajo.
¡Disfrútenlo!

Ingredientes:
8 huevos de gallina.
Cebollín (unos 3 ó 4  ramilletes individuales) 
Ajo macerado en aceite (aprox. 10 dientes).
2 cucharaditas de aceite de oliva (mejor x-virgen)
1 cucharada rasa de azúcar.
Agua mineral.
Sal al gusto.

Preparación:
Es importantísimo que el ajo esté bien macerado en aceite con un mínimo de 2 meses si es casero, de lo contrario el fuerte sabor del ajo en esa cantidad predominará excesivamente en el plato y no se sabrá qué se está comiendo (además de ajo). Estos 10 dientes más o menos, se picarán finamente. Asimismo se picará finamente el cebollín, y se mezclarán ambos picadillos en un bol.
Un chorrito del aceite donde se ha macerado el ajo se colocará en un sartén antiadherente y se calentará suavemente, luego de lo cual se le agregará el picadillo y la sal y se sofreirá justo hasta que el cebollín se dore sin quemarse. Dado que tanto el ajo como el cebollín se queman muy rápido, la llama no debe estar muy alta y no debe descuidarse la cocción, ya que el cebollín no tardará en ennegrecerse.
Inmediatamente agregue los huevos y mientras los revuelve en el sartén, agregue la cucharada rasa de azúcar y el aceite de oliva, revolviendo constantemente. Cuando el perico comience a secarse, agregue de 3 a 4 onzas de agua y siga revolviendo. Esto permitirá que el perico quede algo jugoso, pero no aguado o viscoso. Asegúrense de que el perico no se pegue del sartén, raspando siempre el fondo del sartén mientras se cuece todo.
Cuando esté a punto retire inmediatamente del fuego y sirva con su guarnición predilecta.

Tiene permiso de chuparse de los dedos, no diremos nada. ¡Buen provecho!

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